Ricard Masip

  Hace tiempo una directiva de RRHH de una gran compañía se sinceró conmigo y me comentó que no iba a apostar más por formar a los equipos en “Gestión del Tiempo”. Me dijo que el problema no era de la incompetencia de la gente, si no de unos entornos de trabajo algo faltos de plantilla lo que generaba unos volúmenes de trabajo "ingestionables". Con el “boom” de los entornos saludables creo que la cuestión es parecida. No es solo un tema de apostar por formaciones que ofrezcan nuevos recursos de afrontamiento a los equipos, si no de un cambio en mayor profundidad de la dinámica de la compañía. Desde mi experiencia con algunas compañías creo que hay que potenciar liderazgos más saludables, fomentar el trabajo colaborativo, generar rumbos compartidos y más claros y aceptar los momentos “valle” de rendimiento. Nadie es capaz de estar al 100% cada día y en cualquier momento, por mucho “engagement” que podamos generar.

  Consultores, escuelas de negocios y otros “partners” llevamos años trabajando en el desarrollo de nuestros líderes con infinidad de acciones. Me atrevería a decir que más por “ensayo y error”, que por otra razón, hemos ido acertando en como hacer crecer a un directivo, manager, talent etc. Hemos lanzado itinerarios de desarrollo con combinación de acciones, programas de coaching ejecutivo, herramientas previas de autoconocimiento, procesos de “feedback”, diversidad de metodologías experienciales, juegos, simulaciones, asignación de nuevos retos, propuestas de “rol model”, liderazgo de proyectos internos etc pero creo que cada vez más las compañías es y será un tema de "Equipos" y menos de "Líderes". Yeung y Ulrich lo dejan muy claro en “Reinventing te Organization”, un exhaustivo análisis de cómo se gestionan las “big tech” y cómo al management del organigrama y de la planificación le sustituyen todo tipo de “equipos de proyecto” y la flexibilidad. Propuestas más

Soy seguidor distante del mundo del fútbol y a menudo los periodistas han utilizado el término de “vacas sagradas” para referirse a futbolistas excelentes que se encuentran en su última etapa profesional y con demasiado peso en los vestuarios. Creo que en cierta forma las “vacas sagradas” también existen en muchas compañías. Suelen ser directivos o profesionales en roles estratégicos, reconocidos en las compañías y que llevan años ocupando la misma posición en la empresa. Suelen ser personas “talentosas” pero con los años acaban liderando más con el “ego” que con la aportación. Buscan seguidores, un reconocimiento eterno y con los años aceptan poco las propuestas de otros. Sus agendas personales les hacen ir en contra de una verdadera y real gestión del talento. Llevo más de 25 años como consultor de empresas y he colaborado con más de 40 compañías. Con algunas he aprendido mucho y he visto la valentía de generar rotaciones periódicas en cualquier posición de la empresa. No hay puest

Permitidme hoy salirme del guión y dar una versión distinta del mundo empresarial algo idealizado que se transmite en redes sociales, foros y charlas por supuestos expertos.  El mundo empresarial es retador, complejo e increíblemente atractivo pero no es más que un mero reflejo de nuestra sociedad y sus personas. Os ofrezco algunos aprendizajes tras años de oficio como consultor de empresas: Los resultados en las compañías se consiguen con esfuerzo e inteligencia, no hay ninguna “super-skill” que te permita ser mágico ante los demás y conseguir las metas con un mínimo esfuerzo. Los entornos de trabajo están compuestos por personas y ello supone motivaciones, frustraciones, rencores e ilusiones que se mezclan de forma improvisada e inusual. Veo complejo alcanzar entornos de trabajo en que todo fluya cada día desde la cordialidad y el compromiso.  Es difícil esperar en una empresa al líder carismático que lo cambie todo sin darnos cuenta y satisfaciendo a todos. Todos, en mayor o menor m