Ricard Masip

Comento a menudo que los liderazgos y culturas paternalistas son una mala comprensión de lo que debe ser la Gestión de Personas. El paternalismo es un estilo protector de los equipos, que persigue generar un clima de trabajo positivo, aunque ello implique no afrontar ciertas conversaciones o el crecimiento de los equipos. Son culturas del “confort”, a veces generadas por líderes que buscan ser “populares” entre sus equipos. Son estilos que me he encontrado en compañías de sectores tradicionales bastante estables o en compañías familiares poco profesionalizadas.  El paternalismo “estabiliza” la gestión para evitar cambios que igual no serán bien recibidos y aunque esto funciona a corto plazo, a medio a y a largo la factura que se acabará pagando en la compañía es altísima. Los líderes paternalistas generan equipos poco adaptados a entornos rápidos y cambiantes, potencian poco el talento interno y la innovación y a veces se muestran poco abiertos a lo diverso. Los profesionales que busca

Hace años leí un artículo de un brillante consultor alemán que se titulaba ¿cuánta formación puede aguantar tu compañía?. Cuando se publicó coincidía con el "boom" de la formación en las empresas y el eje del artículo era cierta crítica al exceso de formación que se realizaba en las compañías; sin definir, ni conseguir una posterior aplicación real, ni conectar a ningún objetivo. Hacer, por hacer. Con los “team-building”, en sus infinitas modalidades, está pasando algo similar, en especial en el entorno de compañías multinacionales con fuertes ritmos de gestión. En otro tipo de compañías, quizá al contrario, sería acertado que empezarán a plantear realizar este tipo de acciones. Mi opinión particular es que los “team-building” aportan y mucho, pero siempre que estén integrados en otras medidas que les den coherencia y velocidad. Por ejemplo; deben cerrarse con ciertos acuerdos de compromisos construidos y aceptados por el equipo, facilitado por profesionales especializados y

Estoy leyendo "El poder de la destrucción creativa"; de Céline Antolín y Somn Bunel. Un interesante ensayo alrededor de la teoría sobre la destrucción creativa del economista Shumpeter y sus conexiones con la innovación, el crecimiento en los mercados, la competencia o el bienestar en las sociedades. Es un libro fundamentado en datos que no tiene desperdicio. Entre muchas de las cosas que he logrado comprender me ha gustado el concepto de “flexiseguridad”. Toda una estrategia del gobierno danés aplicada en las últimas décadas orientadas a invertir en políticas activas para promover la empleabilidad de sus ciudadanos. Es ya otra forma de entender la protección social en un mercado laboral flexible.  Es evidente que la cuestión ya no es sí vamos a encontrar un trabajo estable, en un entorno socioeconómico inestable las vinculaciones laborales son y serán mucho más cortas. Y a no hay trabajo continuo para toda la vida, así que nos tenemos que preparar para que una vez finalizad