Gestión del Talento
Estos días de descanso he estado leyendo el
último libro (Victory Through
Organization) de Dave Ulrich (el conocido autor, profesor y consultor de Ross
School of Business, University of Michigan). La principal apuesta del libro
es la evolución del modelo de competencias del profesional en Recursos Humanos,
un tema más que interesante y coherente con la actual figura del HR-Business
Partner. No obstante, en esta ocasión, no me voy a dedicar a ello sino a la
acertadas reflexiones que Ulrich aporta
sobre la excesiva atención que los equipos de Recursos Humanos estamos
dedicando al ámbito de la Gestión del Talento.
Sin poner en duda el acierto y la necesidad
de las estrategias de Gestión del Talento, sí que la excesiva priorización que
he venido observando en este tema genera algunas cuestiones que quiero apuntar. La primera es ante el propio concepto de “Equipo” de la compañía.
Un excesivo foco en el colectivo de Talento puede generar un impacto negativo
en el resto de colaboradores. La dedicación de recursos especiales en cuanto Atención,
Formación y Desarrollo a un colectivo, puede afectar a los niveles de compromiso
del resto de la organización. En ningún caso quiero poner en duda que una buena
gestión de personas implica cierta identificación del potencial y expectativas
de crecimiento de cada colaborador, pero si esto se utiliza como estrategia
única puede generar algún resultado inesperado.
Sin duda, el trabajo del equipo de Recursos
Humanos es el de generar efectividad y avance en la compañía y para esto
necesita a toda la organización. Creo que este foco no puede
dejarse de lado.
Un tema también debatido en los proyectos de
Gestión del Talento es el de poder responder
a las expectativas que pueden llegar a
generarse. Recuerdo que hace un par de años un Director de Recursos
Humanos de una compañía me comentaba a raíz de un proyecto de Talento: “vamos a
ver si podemos responder ahora a todo lo que hemos generado!!!”. Creo que esta
es la cuestión, identificación y desarrollo del Talento pero ofreciendo
posibilidades reales en los próximos años. Las necesidades de planes de
sucesión, relevos directivos o nuevos proyectos deben reflejar las opciones de
crecimiento que podemos ofrecer. La planificación exacta no es propia de la
economía actual pero siempre son posibles los cálculos sobre escenarios
posibles.
Finalmente, debe saber combinarse en
cualquier compañía la preparación de un “talento
joven”, que mostraría aún más potencial que resultados reales, con un “talento consolidado”. Unos crecen con los otros y aseguran la sucesión en
la compañía y la integración de generaciones distintas.
Creo que es obvio que cualquier estrategia de
Gestión del Talento debe estar unida a un plan de Comunicación acertado en la
organización, a ofrecer opciones de Formación a cualquier colaborador y a no
dejar de olvidar que el foco del equipo
de RRHH continua estando en ser un Socio para la compañía en la implantación
estratégica y en la generación de la cultura adecuada.
Interesante reflexión (as usual) "el foco del equipo de RRHH continua estando en ser un Socio para la compañía en la implantación estratégica y en la generación de la cultura adecuada." ;-)
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