Del recetario al ayudame a pensar
El sábado volvía de Madrid pensando en la diversidad de reacciones por parte de participantes en programas en los que he colaborado como profesor o consultor en el ámbito del Desarrollo de Competencias Directivas. Esa misma mañana había estado con un grupo en una última y segunda sesión en uno de los programas en los que recientemente participo de la Fundación ICIL. Gente de empresa y en empresas, a los que hay que agradecer el esfuerzo que ponen al estar sentados en el aula y con ganas de aprender y construir casi cada viernes tarde y sábado por la mañana. Hay participantes cómodos e incómodos para el profesor, buenos o malos según borrosos criterios y entusiasmados o distantes ante los ámbitos de la gestión de las personas en las organizaciones. No obstante, hay un elemento que se repite. Los profesionales más jóvenes, no en edad sino en experiencia empresarial, suelen buscar el recetario en las clases. Manifiestan o esperan respuestas a preguntas tales como: ¿qué tengo que hacer p